Un sueño.
Esa casa grande y fria en el medio de un campo, me dejo llevar.
Encontrando a mis pies esa llanura reseca, alzo mis manos y el cielo es liso y gris, ni plomo ni plata, una lagrima estirada en la estratósfera.
Y me quedo sin excusas para decir que no. Negar ese beso, ese calor. Pero no, no son los besos lo que quiero, ni el motivo de mi llanto barrido. Mis brazos y tus brazos cansados de la fuerza de la busqueda se ajustan, fuerte, los siento, al fin siento ese ABRAZO, ese abrasador sentimiento asexuado. Me mareo, no se si me lacera, o es pura ponzoña o el deseo realizado.
Mi karma se lleva tu karma y viceversa, pero hemos crecido desde aquella ultima vez y esas lagrimas ya no caen de dolor sino de pena. Y las lagrimas se evaporan tan rapido en un dia como hoy, en esta pampa desteñida. Tus mano sobre mi cara, tus palabras pausadas y mis recuerdos se mezclan con mi materia gris y esa pelicula muda se desvanece y me emepapo de ese sudor onírico irrecuperable.
Y escucho que en algun lado suena la trompeta de Chet, esa nota larga y agónica que se va cayendo. Creo que te esta buscando.