Hurgando entre mis restos, buscando entre la piel quemada alguna marca, alguna señal, algo que te de la razon, una vez mas. Las cenizas se vuelan y vuelas con ellas, a un lugar peor, tan incomodo como dormir a tu lado. La presion sobre tu pecho no la estoy ejerciendo con mis ya muertas manos. Ahora soy parte del viento, del aire que te despeina, que respiras. Soy la contaminacion en tus pulmones, el cancer de tu memoria selectiva, la hija no reconocida de la infamia y la mentira. Y todo lo que duele es ese reflejo del orgullo perdido.
Caminando hacia el ocaso, las frutas podridas sobre la mesa. Y un nuevo dia me espera mas alla del oeste, donde con el sol nos dedicamos a morir. Solo para poder nacer en un nuevo dia, en un claro amanecer sobre una cama que ya no es tu cama.